Los juegos de mesa son una buena opción para aprender, explorar, desarrollar habilidades y divertirse. Desde muy pequeños, ya tenemos opciones de juegos de mesa que enseñarán a nuestros hijos a respetar los turnos, seguir una reglas, aprender colores, números o practicar la psicomotriz fina entre otras muchas habilidades.
Entre la gran oferta, destaca la editorial Haba especializada en juegos para niños de todas las edades. La colección de Mis primeros juegos es especialmente recomendable para niños desde los 2 años. Todos los juegos tienen unos componentes de gran calidad, muy vistosos y diseñados para su edad. Muchos incluyen varias formas de juego por lo que dará bastante juego. Si tu hijo es todavía muy pequeño, siempre está el juego libre con los componentes tan bonitos que trae.
Aquí una selección de los que mejor funcionan para los más pequeños de la casa.
1. Mi primer frutal
Mi primer frutal es un juego cooperativo para fomentar el trabajo en equipo. Además sirve para un jugador al que podrá enfrentarse durante un par de años más. En este juego hay 4 tipos de árboles de colores diferentes y un cuervo que avanzará por un camino. En cada turno se tira un dado y si sale un color se recoge fruta ese color, si sale una cesta se podrá recoger una fruta de cualquier color y si sale un cuervo, este avanzará por el camino. El juego consiste en recoger toda la fruta antes de que el cuervo llegue al frutal y se la coma.
Los componentes del juego son de madera, grandes, de buena calidad y muy llamativos. Tanto la fruta, como el cuervo. En este juego se aprenden formas, colores, números, frutas, el trabajo en equipo y la tolerancia a la frustración, pues no siempre se gana.
Es un juego recomendado para 2 o 3 años, a partir de 5 años puede resultar aburrido pues tiene una mecánica muy sencilla.
- Calidad de los componentes
- Aprenden colores, frutas y a contar
- Introducción a juegos de mesa
- Aprender que a veces se pierde
- Precio en torno a 25€
2. La abeja adela
- Duración: 5 – 10 minutos
- De 1 a 4 jugadores
- Edad: +2 años
- Mecánicas: tirar dados, colaborativo, memoria
La abeja Adela, con nuestra ayuda irá posándose sobre las flores y llenando el tarro de miel. La caja del juego hace de colmena, también tenemos un tarro dibujado en un tablero, fichas con flores de diferentes colores que se colocan sobre la mesa y no podía faltar la ficha de la abeja Adela. Por turnos, tiramos el dado con colores en sus caras, si tu hija identifica el color, le pedimos que lo coloque sobre la ficha con una flor de ese color. Si acierta, metemos la ficha en la colmena y saldrá una gota de miel (el reverso de la ficha).
Otro modo de juego más avanzado, es comenzar con las fichas de las flores del revés, de esta manera también practicaremos la memoria.
El dado tiene además una cara con una flor marchita, lo que significa que debemos eliminar una ficha de la partida. Si conseguimos entre todos llenar el tarro con las seis fichas de miel, habremos ganado. En este juego no siempre se gana, por lo que además de aprender colores y practicar la memoria, los más peques se enfrentarán a la frustración.
- A los más peques les encanta
- Educativo
- Componentes de buena calidad
- Introducción a los juegos de mesa
- Precio
3. ¡Vamos, vamos, pingüinito!
¡Vamos, vamos pingüinito! es un juego de carreras donde tenemos que tirar un dado, contar los pasos para cruzar un paso de agua y llegar al otro extremo donde hay dos peces. Cada jugador tiene dos fichas, una mama pingüino y un pingüinito, en tu turno tiras el dado y 1, 2 o 3 pasos el pingüinito o la mamá dependiendo si las huellas del dado son grandes o pequeñas. La mamá arrastra al pequeño en su avance y cuando ambos llegan se acaba la partida otorgando los puntos al jugador que ha llegado primero.
Un juego para aprender a contar, con piezas de buena calidad con las que pueden jugar libremente. El juego consta de un tablero, un dado y las piezas de pinguino para 3 jugadores.
- A los más pequeños les encanta
- Elementos de gran calidad
- Introducción a los juegos de mesa
- Caja muy grande para lo que trae
4. Tras la pista del perezoso
Como muchos los juegos de esta colección de Haba, tienen varios modos de juego, concretamente cuatro. La estrella del juego es un peluche de perezoso y muchas opciones para jugar con él. Tiene 5 tableros con lugares donde podría esconderse el perezoso, fichas con frutas de diferentes colores y perezosos en diferentes posturas y un dado.
Se puede jugar de forma libre, examinando los elementos del juego o identificando cada lámina con un lugar de la casa. El modo de juego individual (con supervisión al principio) consiste en colocar cada lámina en un lugar de la habitación o de la casa y con las fichas y el dado en otro lugar, lo lanzamos, cada ficha está asociada un color del dado. Si la ficha está del lado de la fruta, tenemos que buscar el lugar donde está ese fruto para dar de comer al perezoso, si está por el lado del perezoso, el dibujo nos muestra dónde quiere colocarse el perezoso y lo tendremos que llevar haciendo equilibrios o abrazándolo entre otras opciones.
Además, tiene un modo colaborativo y competitivo. En el competitivo se necesita un máster que dirija el juego, el resto de jugadores cierran los ojos mientras el máster esconde al perezoso y cuando vuelve da una o varias pistas para que los jugadores vayan a buscarlo.
Un juego entretenido, diferente, que fomenta la atención, el razonamiento, la motricidad, la memoria…un peluche que da mucho juego. Muy recomendado porque es crecedero, puede jugarse desde muy pequeños hasta los 8 años o incluso más.
- El peluche gusta mucho
- Puede servir para edades más altas
- La mecánica central no es de juegos de mesa
- Se necesita el espacio de la casa o habitación grande
5. La Pandilla del Bosque
La pandilla del bosque es un juego muy vistoso, con muy buen material como siempre. La caja, junto con unos paneles con agujeros, se utilizan para crear un tablero tridimensional (un cubo). El cubo es un bosque, donde se esconden animales y tenemos que acordarnos para saber en qué lugar hemos visto cada animal y ayudar así al ratón Mía, a encontrar a sus amigos.
Existen varios modos de juego, donde también se puede modular la dificultad. Además de dibujos de los animales, tenemos por la otra cara de las fichas, sus huellas. Es un juego de memoria, atención, reconocimiento de imágenes y vocabulario. Ganas una estrella cuando consigues responder a una pregunta o encontrar a un animal correctamente.
La parte visual funciona muy bien, mirar por agujeritos para encontrar animales, nos traslada a un mundo de exploración. Hay que jugar en un lugar iluminado ya que la luz dentro del cubo entra por los agujeros de sus caras.
- A los más pequeños les encanta
- Temática de animales
- Vocabulario, lenguaje, memoria y atención
- No es una mecánica de juegos de mesa
6. El Conejito Burbuja
En El Conejito Burbuja tenemos un juego de memoria en el que recordar la posición de diferentes losetas o fichas con formas y colores diferentes. Para jugar, el juego trae una caja donde se colocan unas losetas boca abajo con dibujos, un barco, un cubo y una ballena de diferentes colores: rojo, azul y amarillo. Por turnos, tiramos un dado de seis caras con 3 caras de colores y 3 caras de formas y debemos levantar una loseta. Si la loseta se ajusta al color o dibujo del dado, podremos meter la loseta por una ranura que tiene la caja. Si no, dejaremos la loseta boca abajo.
Para adaptarlo a diferentes edades o etapas de desarrollo, las instrucciones ofrecen varias opciones. Por ejemplo, se puede empezar jugando con las losetas boca arriba o simplemente jugar a meter las fichas por la ranura. Este juego ayuda a desarrollar la memoria, concentración, tirar dado, esperar tu turno, reconocer formas y colores, y no menos importante: pasar un buen rato.
- Cartón de calidad
- Juego entretenido con diferentes niveles
- Un giro al típico juego de memoria
7. El monstruo de colores
- Duración: 25 minutos
- De 2 a 5 jugadores
- Edad: +3 años
- Mecánicas: cooperativo, tirar dado, memoria, contar historias
Como en la peli Del revés (Inside Out), los colores representan diferentes emociones: alegría, tristeza, miedo, furia o calma y tenemos que ayudar al monstruo a clasificarlas y meterlas en frascos. El monstruo de colores es un juego colaborativo en el que además de la memoria se trabaja la expresión de las emociones. Al colocar con éxito una emoción, los jugadores deberán relatar una experiencia en la que hayan sentido dicha emoción.
No es tanto un juego para entretenerse, como una ayuda a los papás para conocer y fomentar la expresión de las emociones por parte de los niños.
- Ayuda a conocer y expresar emociones
- Bonito y componentes de calidad
- No entretiene durante horas seguidas
- Precio en torno a 30€
8. Lina, la mariquita sin puntos
Lina, la mariquita sin puntitos empieza con un cuento sobre una mariquita que no tiene puntitos como las demás y como jugadores le ayudaremos a conseguirlo. Se dejan los 12 puntos de colores en la parte de atrás del cuento y se deja a Lina en la mesa, Lina es un peluche. Por turnos tiraremos un dado de 6 caras, cuando sale un color se coloca un puntito, cuando sale el dibujo de una mariquita el jugador coge a Lina y la coloca en su muñeca. Gana quien la tiene a final del turno.
Un juego divertido, que enseña la mecánica de tirar dado, esperar tu turno y tiene una cara de color con una mariquita que obliga a pensar qué acción es más conveniente elegir.
- A los más pequeños les encanta el peluche
- El cuento da aporta una sensación de objetivo para jugar
- Conocer mecánica
- Victoria en el juego desconectada de la narrativa
9. En el pediatra
En el peadiatra tenemos 4 pacientes, cada uno está dibujado en un tablero y tiene una lista de tratamientos que necesita para curarse. Tu peque y tu, debéis buscar en el armario y en el maletín los tratamientos solicitados por cada paciente. Si se acierta, se otorga un osito al jugador y otro al paciente. Si no se encuentra el tratamiento, se pasa el turno a otro jugador.
En este juego hay que recordar los instrumentos que se guardan en el maletín, los tratamientos que están en el armario y la pomada y tiritas a un lado de los tableros de pacientes. Gana el jugador que tenga más ositos.
- Elementos de gran calidad
- Narrativa acorde a la temática
- No enseña mecánica de juegos de mesa
10. Mi casa
Mi casa es un juego con fichas con dibujos de objetos cotidianos y un tablero con las habitaciones de una vivienda. En este juego se desarrolla la observación, el reconocimiento de objetos, formas y colores, el lenguaje. Cada jugador, por turnos elige un objeto y lo coloca en la habitación a la que corresponde.
Por ejemplo, elige un cepillo de dientes, lo nombra en voz alta y coloca la ficha en el baño.
- Elementos de gran calidad
- Vocabulario cotidiano
- No enseña mecánica de juegos de mesa
- Más educativo que divertido
11. ¡A Contar!
En este juego tendremos que ayudar al granjero Tom a contar para cuidar y dar de comer a todos los animales de la granja. Cada jugador recibe unas hojas iniciales que serán comida para los animales. En cada turno tienes que tirar un dado cuyas caras son animales o un trébol y para ciertas tiradas puedes dar de comer a los animales. El primer jugador que se queda sin hojas, gana.
De forma divertida se practica a contar del 1 al 12, así como guardar el turno, tirar el dado y fomentar la concentración.
- Material de calidad
- Mecánica de juego de mesa
- Más educativo que divertido
12. ¡Recoger y ordenar!
En este juego, como su nombre indica, consiste en ordenar unos juguetes. El gato Tom ha estado jugando toda la tarde y ahora tiene que recoger los juguetes. La caja del juego, hace a la vez de estantería con 3 baldas. En cada balda están dibujados los juguetes que se colocan allí. Por turnos o en solitario debemos mirar cada ficha de juguete, reconocer a qué categoría pertenece (hay varios juguetes por categoría) e introducirlo por la ranura de cada balda, es decir, ponerlo en su sitio, ordenando.
Este juego es de 2017 y sigue teniendo bastante éxito. Por un lado introducimos el valor e importancia de recoger los juguetes, por otro practicamos el reconocimiento de imágenes, vocabulario, psicomotricidad fina entre otras.
- Buena calidad de los materiales
- Ideal para peques de 2 años
- Puede aburrir a niños de 4, 5 o más
- No enseña mecánicas de juegos de mesa
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